martes, 9 de agosto de 2022

ORÍGENES DE LA CRISIS PERMANENTE Y LA DESEMBOCADURA EN ESTALLIDOS SOCIALES EN EL PAÍS DEL CANAL DE PANAMÁ

ORÍGENES DE LA CRISIS PERMANENTE Y LA DESEMBOCADURA EN ESTALLIDOS SOCIALES EN EL PAÍS DEL CANAL DE PANAMÁ

Históricamente, Panamá se ha caracterizado por una gran actividad en la parte más angosta del istmo. Esto ha producido una economía basada en servicios internacionales y una fuerte concentración de recursos, en ciertos grupos, vinculados a ese modelo. El alto precio pagado por esta cultura de servir al mundo ha sido la completa deformación de nuestra estructura productiva.

Cuando se produce una crisis económica internacional, de cualquier origen, la misma se reproduce en Panamá afectando a todos los sectores y agudizando aún más los permanentes problemas de falta de la ocupación potencial de los recursos y la distorsiones en los ingresos rurales y urbanos.

El uso del dólar de los Estados Unidos de América, desde el surgimiento de la República, consolidó la cultura de servicios y limitó la soberanía monetaria, que irónicamente, ha contribuido a mayor acceso a bienes no producidos al interno y una relativa estabilidad de precios que no disfrutan otros países del mundo.

El creación del Centro Bancario Internacional en 1970 y la completa soberanía panameña sobre la antigua Zona del Canal de Panamá han contribuido significativamente al acceso a recursos financieros y de crédito creando las condiciones de afluencia monetaria que se traduce en una cultura de formas improductivas de acumulación de capitales, un ahorro que no regresa a la corriente de inversión y una demanda agregada impulsada en gran parte por un sector comercial importador para satisfacer el consumo local y el proveniente del exterior.

Desde el surgimiento del sistema capitalista, con el mercantilismo, Panamá formó parte de este sistema con las ferias entre lasa colonias y España.  Hoy día, sigue siendo parte importante del sistema capitalista con la función vital que realiza principalmente por medio del Canal de Panamá.

Como resultado del modelo de crecimiento, Panamá ha vivido una permanente crisis social con    un alto desempleo urbano, una pobre distribución de ingresos entre las áreas rurales y urbanas, así como dentro de esta última. La crisis interna se agudiza fácilmente por la dependencia externa.

En los momentos de crecimiento económico internacional la economía panameña puede crecer en los sectores que se benefician directamente del aumento en la demanda externa (servicios internacionales, sector público, industria inmobiliaria y algunos sectores agro-exportadores). 

Resultado del crecimiento deformado, el nivel de ocupación y producción permanecen   permanentemente por debajo de su potencial, esto manifestado con un alto desempleo abierto, diferentes formas de empleo disfrazado, una alta planilla estatal, y numerosos subsidios para amortiguar la situación y un creciente número de exoneraciones fiscales para promover tanto la inversión extranjera en el país, así como también la inversión de fuentes privadas locales.

Cualquiera crisis de la oferta a nivel internacional se reproduce con mayor intensidad en la estructuralmente débil capacidad productiva nacional para alcanzar la siempre creciente población con expectativas y necesidades de consumo cada vez mayor todo lo cual se traduce en precios más altos agudizados por los oligopolios en las cadenas de producción, importación y comercialización.    

 

 

 

  

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